La Gartitud y Cre-Ser Cultural

Para Cre-Ser cultural la gratitud es imperativa siempre, desde pequeños, nuestros papás nos han enseñado a elevar plegarias espontáneas, y sobre todo a agradecer, las bendiciones que recibimos día a día, como el aprobar un examen, librar de buena manera una enfermedad, celebrar un cumpleaños más de un hermano o un primo, etc. De igual forma nosotros como padres debemos enseñar a nuestros pequeños, tenemos la obligación moral de formarlos buenos cristianos y un buen momento (y hermoso también) es la oportunidad de agradecer y pedir que sean bendecidos los alimentos. Por la noche, al acostarnos, es un buen momento para transmitir a nuestros hijos el recapacitar y reflexionar sobre su dÌa, a disculparse por toda aquella falta cometida u a pedir perdón, Hacer una súplica a Dios nuestro creador solicitando su ayuda para los más necesitados, asÌ como el mantenernos firmes con nuestra convicción de hacer el bien y ser buenos cristianos. De esta manera, iremos sembrando en nuestros pequeños, la buena semilla que se convertir· en el fruto de darse cuenta, reconocer y valorar nuestro día a día que esté lleno de momentos ideales y vivencias, para que al final del día todo cobra un sentido, y este a su vez, es iluminado por la gracia y maravillosa presencia de Dios nuestro señor.

Esos momentos son los que sin duda alguna dejan huella permanente en los corazones y en las mentes de nuestros pequeños, es una verdadera bendición poder cumplir uno de los principales cometidos que tenemos en esta tierra y que es bien formar a nuestros jóvenes que son el futuro de nuestro paÌs, de nuestra familia y de nuestra iglesia.